domingo, 27 de diciembre de 2009

Proclamar el mensaje

Queridos lectores. Gracias por estar siempre desde el otro lado. Desde este espacio queremos ofrecer la oportunidad de que cada uno pueda expresarse libremente. Los temas aquí tratados son de interés general, problemas que nos aquejan cotidianamente a todos. Es el drama de nuestro continene. Por eso te invitamos a participar activamente con tu opinión, pero también con tus dudas, con tus preguntas y sobre todo con tu capacidad crítica. Por eso dejamos a disposición de ustedes la absoluta libertad de comentar los artículos publicados y de participar en las encuestas. Creemos firmemente que sólo mediante la participación activa y democrática es como se construye el Reino de los Cielos.
Les deseamos un feliz comienzo de año.
Brindaremos por ustedes, por nosotros, por nuestros hijos, por los olvidados, y sobre todo por el pronto regreso de Nuestro Señor.

domingo, 20 de diciembre de 2009

Mensaje de navidad

En un mundo entristecido por el hambre, las guerras y la explotación de los hombres, nos rehusamos a festejar con despreocupada alegría al Señor recién nacido, y a disfrutar con egoísmo nuestra mesa navideña, a festejar con indiferencia nada cristiana una Eucaristía que sólo podrá servir "para nuestra condenación" (...)
Cristo nace hoy en miles de hombres. Como sucedió en Belén hace veinte siglos, también hoy es rechazado violentamente por una sociedad pensada y construida para beneficiar a una minoría de privilegiados. Son todos aquellos que con su egoísmo individual o colectivo impiden que la mayoría tenga acceso a los bienes de la cultura, de la alimentación, de la vivienda... A esos bienes que "Dios ha creado para el uso de todos los hombres" y que una minoría, los ricos, se los han apropiado injustamente (...)
Ellos constituyen un impedimento para que surja el "hombre nuevo" al que los cristianos debemos aspirar. Creemos ingenuo pensar que ese "hombre nuevo" surgirá sólo por el hecho de un cambio de las estructuras sociales, políticas y económicas. Sostenemos, sin embargo, que un cambio radical en esas estructuras es una condición previa fundamental para que todos los hombres puedan aspirar a la plenitud en Cristo Creador (...)
Nadie que reflexione con sinceridad la Palabra de Dios y haya conocido las declaraciones de los Obispos en Medellin puede dejar de escuchar el "clamor de los pobres" que exigen justicia y enrolarse en las filas de los que luchan por su causa.
Nos retiramos del templo expresando comunitariamente nuestro arrepentimiento como miembros de una sociedad que está habitualmente en pecado.

Sacerdotes del Tercer mundo - Navidad de 1968

jueves, 17 de diciembre de 2009

Y vos ¿Dónde estabas?


La historia latinoamericana del siglo XX se ha caracterizado por ser el escenario de las mas absurdas contradicciones. Desarrollo o dependencia, colonia o pueblos soberanos, democracia o dictadura. Siempre nos hemos encontrado entre opuestos aparentemente insuperables entre los cuales los grises jamás existieron. Sin embargo, a pesar de ello muchos enmudecieron ante la violencia. Su indiferencia fue el mayor genocida.
El caso argentino es uno de los más relevantes en cuanto a lo que queremos expresar en esta breve nota. Porque aquí, en este país desaparecieron treinta mil personas. Con ese intento de matar no sólo al cuerpo, sino a la memoria popular, una animalesca minoría creyó que de esa manera podría seguir manteniendo las riendas del poder.
La reflexión que proponemos ante esta problemática que aun sigue tan viva como hace treinta años es la siguiente: ¿Donde estabas mientras ocurrían estas cosas?. Quizá este texto no se dirija a las nuevas generaciones nacidas en "democracia". Le hablamos al lector que durante aquellos tiempos violentos ya era una persona madura. ¿Qué hacías mientras desaparecía tu vecino, o tu amigo o tu familia?. Más aun te hablamos a vos, que profesas y profesabas en esos tiempos tu fe. ¿Estabas orando por el futuro del país? ¿Estabas vitoreando a una junta militar por haber "salvado a la patria de la influencia del marxismo"?
No es nuestra intención herir los sentimientos de nadie. Sólo creemos necesario hablar de ciertas cosas. Porque la construcción de una nueva sociedad no puede darse si primero no tratamos estos temas.
Cristo nos dijo: "Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo." (Mateo 5: 11)
Si básicamente entendemos su causa como amar al prójimo, entonces ¿Por qué no hicimos nada mientras desaparecían frente a nuestros ojos miles de hombres y mujeres? ¿Cuantos cristianos fueron desaparecidos por haber sido cristianos?. Con esto no nos gustaría que se nos mal interprete. De ninguna manera. Pero con nuestra indiferencia ayudamos a quienes ejercen el mal.
Es nuestro deseo que partiendo de estas breves palabras surja el debate abierto y la reflexión profunda para que juntos comencemos a luchar por la concreción del Reino de los Cielos.

La igualación en la desigualdad


Este mundo del fin del siglo, que convida a todos al banquete pero cierra la puerta en las narices de la mayoría, es al mismo tiempo igualador y desigual. Nunca el mundo ha sido tan desigual en las oportunidades que brinda,pero tampoco ha sido nunca tan igualador en las ideas y las costumbres que impone. La igualación obligatoria, que actúa contra la diversidad cultural del bicho humano, impone un
totalitarismo simetrico al totalitarismo de la desigualdad de la economía, impuesto por el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y otros fundamentalistas de la libertad del dinero. En el mundo sin alma que se nos obliga a aceptar como único mundo posible, no hay pueblos, sino mercados; no hay ciudadanos, sino consumidores; no hay naciones, sino empresas; no hay ciudades, sino aglomeraciones; no hay relaciones humanas, sino competencias mercantiles.Nunca ha sido menos democrática la economía mundial, nunca ha sido el mundo más escandalosamente injusto. La desigualdad se ha duplicado en treinta años. 1960, el 20por ciento de la humanidad, el que más tenía, era treinta veces más rico que el 20 por ciento que más necesitaba. En 1990, la diferencia entre prosperidad y el desamparo había
crecido al doble, y era de sesenta veces. Y en los extremos de los extremos, entre los ricos riquísimos y los pobres pobrísimos, el abismo resulta mucho más hondo. Sumando las fortunas privadas que año tras año exhiben, con obscena fruición, las páginas pornofinancieras de las revistas Forbes y Fortune, se llega a la conclusión de que cien multimillonarios disponen actualmente de la misma riqueza
que mil quinientos millones de personas.

Eduardo Galeano - Escritor uruguayo

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Sed de Justicia


"El Espíritu del Señor está sobre mí,
Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres;
Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón;
A pregonar libertad a los cautivos,
Y vista a los ciegos;
A poner en libertad a los oprimidos"
(Lucas 4: 18)

En aquella ocasión, por pregonar abiertamente cual era su misión en esta tierra Cristo casí fue asesinado por un grupo de "estudiosos de la ley" (Lucas 4: 28-30). Hoy en día su mensaje aun está vigente. No se trata de sectarismos ni de discusiones teológicas que en el fondo sólo causan mayor confusión. El evangelio es mucho más simple de lo que nosotros quisieramos. Tan simple como "amar a tu prójimo como a ti mismo". Sin embargo constantemente nos olvidamos de este mandamiento.
Jesús no vino a condenar, sino a liberar al hombre. Una vez dijo: "Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres". Cristo nos hace libres, pero no como muchos piensan, en un sentido netamente espiritual. Cristo nos hace libres completamente. Porque si la paz que él nos ofrece fuera netamente espiritual su palabra carecería de total validez ya que "si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día,y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha?. Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma" (Santiago 2: 15-17).
Así pues hoy es necesario que volvamos a Cristo, a su mensaje de amor y misericordia. La salvación es un proceso de realización activa. Si bien nos fue concedida por gracia, es nuestra obligación como verdaderos cristianos confirmar la aceptación de dicho don mediante el cumplimiento de la ley de Dios. Como herederos de Jesús debemos continuar su obra. Después de todo, por esto seremos juzgados (Mateo 25: 34-46)

Cristo es Revolución


Hace dos mil años Jesucristo mostró su mensaje a la humanidad, dividiendo la historia en dos y marcando de esta manera un antes y un después en el desarrollo de la misma. Cabe preguntarnos, ¿a qué se debe esto? Muchos argumentan que la importancia del cristianismo para el mundo radica en la fuerza y el poder con que se hizo la Iglesia como institución desde los primeros siglos de nuestra era y que aun conserva en la actualidad. Sin embargo afirmamos que la singularidad del cristianismo como ideología no reside en la fuerza adquirida por el movimiento durante sus primeros años, ni en su rápida expansión, ni tampoco en el inmenso poder de la institución Iglesia, sino en el carácter radical de las enseñanzas de Jesús y en el espíritu transformador de sus doctrinas. Por eso es que decimos, creemos y afirmamos que en esencia CRISTO ES REVOLUCIÓN.Y si nos aventuramos a hacer un juicio de esta naturaleza es porque pensamos que el mundo en que vivimos no puede ser restaurado bajo las mismas condiciones en que se hallaba al momento de su creación, ya que la mancha del pecado lo ha contaminado inexorablemente sin que exista la posibilidad de dar marcha atrás. La misma Biblia nos dice que todas las cosas serán hechas nuevas. Ni siquiera el ser humano está exento de dicho proceso de transformación. Incluso el hombre debe nacer de nuevo si pretende morar en el Reino de los Cielos (Juan 3: 3).